domingo, 5 de agosto de 2007

El Condón: Un Arma Contra el SIDA

Tomado de: ELMUNDOSALUD.COM
La paradoja del sida, la mayor epidemia de la historia de la humanidad, es que se puede prevenir y se sabe cómo hacerlo. Hay dos estrategias claras: los programas de jeringuillas para evitar su reutilización por adictos a las drogas y la generalización del uso del preservativo.

Ambas frenan las dos vías de contagio de la enfermedad, pero han chocado con prejuicios culturales y sociales que han impedido su generalización.

A lo largo de los años 90 la sanidad pública comenzó a aceptar los programas de intercambio de jeringuillas. Su implantación logró frenar de forma drástica la epidemia en la mayoría de los países de Europa occidental, entre ellos España. Desde entonces, el consumo de drogas intravenosas ha dejado de ser en los países del oeste de Europa un foco importante de nuevos casos.

El contacto sexual, sin embargo, ha ocupado su lugar y se ha convertido en la primera vía de contagio del VIH. La complejidad de las relaciones sociales en África y Asia se señala como una de las causas del fracaso en la generalización del uso del preservativo.

El nulo apoyo de la Iglesia católica a la utilización del condón, que incluso ha utilizado su influencia para difundir mensajes claramente contradictorios con la evidencia científica, es otra de las razones que explican el fracaso de la estrategia más sencilla, barata y eficaz que se conoce para frenar el VIH y el resto de enfermedades de transmisión sexual.

El organismo de Naciones Unidas para el Sida (ONUSIDA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han calificado la prohibición del preservativo por parte de la Iglesia católica como "una falta grave que cuesta vidas humanas". En la última Conferencia Internacional Sobre Sida, celebrada en julio de 2004 en Bangkok, los especialistas denunciaron una vez más la situación.Unos días antes de que se inaugurase la reunión se conocieron los datos siguientes: el 50% de los casi cinco millones de nuevas infecciones que tuvieron lugar en 2003 ocurrió en jóvenes de entre 15 y 24 años; el 60% de los casos se registró entre mujeres. Según un documento conjunto de la OMS y ONUSIDA, la generalización del uso del preservativo es la mejor herramienta que existe pare frenar esta tendencia.

"Los condones tienen que estar fácilmente disponibles de forma universal, deben ser muy baratos, incluso gratuitos, y habría también que promover que cesen las barreras personales y sociales que obstaculizan su uso", rezaba el documento. El éxito de las campañas de uso del preservativo en Tailandia y en Uganda, países tomados como modelo en la lucha contra el VIH, avalan la estrategia.

En los últimos días, la iglesia ha reafirmado su postura con las palabras siguientes: "El consejo de los especialistas es que las políticas de prevención de la transmisión del SIDA por vía sexual, para ser completas y eficaces, han de basarse en la recomendación - por este orden - de la abstención, la fidelidad y el uso de preservativos".

Los especialistas y científicos críticos con esta postura afirma que, a la espera de nuevos métodos de prevención, con la vacuna y los microbicidas a la cabeza, la ciencia muestra con claridad que el preservativo es la mejor arma que existe contra la mayor epidemia de la historia de la humanidad.

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