domingo, 5 de agosto de 2007

Embarazo y VIH

Para el futuro bebé, nada es más importante que la salud de su madre. En esta sección encontrarás información para ayudarte a sacar el mejor partido de tu tratamiento y cuidado del VIH si ya estás embarazada o pensando en tener un bebé.

El tratamiento ha tenido un enorme efecto sobre la salud de las madres con VIH y sus bebés. Esto ha animado a muchas mujeres a considerar la posibilidad de tener hijos/as (o volver a tenerlos/las).

Las técnicas reproductivas, el riesgo de transmisión del VIH al bebé y las opciones para evitarla difieren cuando es el padre que vive con VIH, la madre o ambos. Si es la mujer quien vive con VIH, es necesario saber que aún se desconoce el mecanismo exacto por el que se produce la transmisión del VIH de madre a hijo.
Sin embargo, la mayoría de las transmisiones se produce poco antes o durante el proceso de parto y alumbramiento (cuando nace el bebé). Determinados factores de riesgo parecen aumentar la probabilidad de transmisión durante el parto. El mayor de ellos es el nivel de carga viral de la madre.

Por ello, nunca se recalca lo suficiente que tu propia salud y tratamiento son los aspectos más importantes a considerar para asegurar la salud del bebé. En ocasiones, la investigación puede pasar por alto el hecho de que las mujeres embarazadas con VIH son personas que necesitan recibir cuidados para su propia infección.
Este aspecto puede ser desatendido u olvidado por madres y trabajadores/as sanitarios/as cuando la atención se centra principalmente en la salud del bebé. Aun así, es importante que no olvides esto: tu salud y cuidado son muy importantes.

En general, tu tratamiento debería ser prácticamente igual que si no estuvieras embarazada, aunque puede que no sea así. La prevención de la transmisión y la salud de tu bebé están relacionadas directamente con tu propio cuidado.
Además los beneficios del tratamiento no sólo son para tu propia salud, sino que al tratar el VIH se reducirá casi a cero el riesgo de que tu bebé se infecte.

Una médica que ha estado utilizando de forma eficaz la terapia combinada para tratar a mujeres con VIH durante el embarazo sigue lo que ella denomina sus "principios de cuidado":

La madre debería ser capaz de tomar sus propias decisiones sobre cómo llevar el embarazo. Debería ser capaz de elegir su propio tratamiento durante el embarazo.

Los/las trabajadores/as sanitarios/as deberían proporcionar información, educación y consejería imparcial, que sirva de apoyo y sin prejuicios.

El VIH debería controlarse de forma intensiva durante el embarazo. Esto es especialmente importante a medida que se acerca el momento del parto.

Las infecciones oportunistas se deberían tratar adecuadamente.
Los fármacos anti-VIH deberían emplearse para reducir la carga viral a niveles indetectables.Las madres deberían ser tratadas de la mejor manera para evitar que emerjan resistencias a los fármacos del VIH.

Las madres deberían poder tomar decisiones informadas respecto a cómo y cuándo nacerán sus bebés.

En algunos contextos es difícil tener acceso a los tratamientos anti-VIH. En este caso todavía existe la posibilidad de reducir el riesgo de transmisión al futuro hijo/a con el uso de ciertos fármacos tanto en la madre como en el bebé en el momento del nacimiento.
Esta estrategia se llama prevención de la transmisión de madre a hijo/a (MTCT, en sus siglas en inglés), y no suele darse en los países donde hay acceso a los antirretrovirales.

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